El objetivo de la Municipalidad de Lima es sacar adelante el proyecto de construcción de los tres by-pass de las avenidas Arequipa, Arenales y Garcilaso de la Vega, que beneficiará a más de un millón de vecinos con la creación de un nuevo y moderno corredor vial que conecte el Cercado de Lima con San Juan de Lurigancho.
La construcción de los nuevos túneles y la alameda que unirá el Parque de la Exposición con el Campo de Marte demorará un año y costará US$58 millones incluido el IGV. La partida saldrá de los fondos reservados para Río Verde, a través de un fideicomiso de US$74 millones.
Este fideicomiso se generó cuando la gestión de Villarán renegoció el contrato de concesión de Línea Amarilla.
El proyecto Río Verde, fue gestado en el 2011 por la entonces alcaldesa Susana Villarán, que buscaba convertir 6 km de ribera en áreas verdes de recreación y cultura, mejorando la calidad de vida de la comuna.
Río Verde incluía la reubicación de 265 familias de la comunidad shipiba, asentada en Cantagallo, en un complejo multifamiliar. La gestión pasada logró comprar un terreno en Campoy para la reubicación de este grupo étnico. Lo que faltaba era la firma del contrato con la empresa OAS para que se inicie la construcción de las viviendas de los shipibos.
También contemplaba la conexión del Centro de Lima con San Juan de Lurigancho y San Martín de Porres a través de cuatro puentes peatonales, además de la construcción de un malecón al costado del río desde Puente Piedra hasta Martinete, en Barrios Altos.
Estas mejoras fueron incorporadas en una adenda al contrato de concesión del proyecto Línea Amarilla, el cual pasó a llamarse Vía Parque Rímac. La negociación fue hecha durante la gestión de Susana Villarán y se compensó largamente a la empresa Lamsac con la ampliación de 30 a 40 años, de la concesión sobre dos peajes: el actual de Santa Anita y el que se colocará a la entrada del proyectado túnel debajo del río Rímac.
